Tierra seca y abrasada. Los arrozales del municipio de Isla Mayor, en Sevilla, deberían brillar con un verde exuberante, de no ser por la sequía histórica que azota el campo español, después de tres años de escasas precipitaciones y altas temperaturas.
La falta de lluvias ha provocado pérdidas irreversibles en más de tres millones y medio de hectáreas de cultivos y ha arrasado algunas cosechas de cereales en Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura y Murcia.
El Gobierno de España ha lanzado un órdago a la Comisión Europea para desbloquear las ayudas del fondo de crisis a los agricultores.